
“Vivir de la caridad y la lástima no es de nuestro agrado. Pero esto es lo que nos queda porque no tenemos otra opción”, dijo una de las maestras entrevistadas por Telenoche.
Pero llegar a dar clases es sólo la primera parte de la travesía diaria que hacen estas maestras de primaria. Al mediodía, tienen volver a sus casas y a esa hora, los costados de la ruta se llenan de mujeres en delantal tratando de conseguir que alguien se apiade y las lleve.
Luján cuenta que en un día de suerte a las 14 puede estar en su casa. Pero si las cosas no funcionan el horario de regreso es incierto. Y en ese momento, saluda y deja la entrevista para correr detrás de un camión que paró para llevarla a ella y a una de sus compañeras.
