
No es opcional, pero tampoco es gratuito. Las personas menstruantes se enfrentan a una problemática de la que poco se habla, pero que mucho cuesta. La gestión menstrual refiere a todos los productos de primera necesidad que se necesitan para menstruar, pero su precio cada vez aumenta más.
En tanto, según el INDEC, la inflación fue de un 25,5% en diciembre, un 20,6% en enero y se estima que para febrero sea del 15%. Estos datos se enmarcan con el 9% de la población desocupada y con el 57,4% de pobreza. Esto indica que hay cerca de 27 millones de personas pobres en Argentina.
Del 57,4% de pobres, la mayoría son mujeres y está vinculado a la “feminización de la pobreza”. Se trata de un concepto eficaz para visibilizar los múltiples problemas que existen en la desigualdad entre el hombre, la mujer y disidencias.
Son más de 12 millones de personas las que menstrúan en Argentina y en pleno 2024 aún la menstruación sigue siendo un tema tabú. Además, no existen políticas públicas nacionales que garanticen el acceso a los productos para todas las personas.
Años atrás realizaron publicidades en televisión que mostraban a la sangre de color azul para que no genere impresión y, hace algunas semanas, también en Gran Hermano en pleno prime time de la televisión argentina, una de las participantes le reprochó a otra que habló sobre menstruación en “el canal de la familia” como si fuese un tema prohibido y para hablar recién en horario de protección al menor. La menstruación es un hecho, es real y pasa mensualmente. Entender y reconocer que sucede es transformar el tabú.
Paradójicamente, los productos de la canasta menstrual fueron algunos de los que más aumentaron en el último tiempo. Hasta fines del 2023, algunos de ellos pertenecían a Precios Justos, pero con el cambio de gobierno esa política se terminó. Incluso hasta septiembre del 2023, según EcoFeminita el costo anual de menstruar usando toallitas era de $14.936 y con tampones $15.002 (con 13 ciclos al año y 22 productos por persona); ahora el costo casi llego a duplicarse.
¿Cuánto cuesta menstruar en Argentina?
C5N.com llevó a cabo un relevamiento de precios en farmacias, supermercados de barrio e hipermercados para poder determinar cuál es el precio actual de cada uno de los artículos a utilizar. Esto dio como resultado que el valor en marzo del 2024 dividido en unidades, es el siguiente:
- Las toallitas por 8 unidades tienen un valor entre $1.675 a $3.000. Sin contar las nocturnas que cuestan entre $3.840 a $6.000.
- Las toallitas por 16 unidades cuestan entre $3.800 a $6.300. Sin contar las nocturnas que varían desde $3.840 a $6.302.
- Los tampones de 8 y 12 unidades cotizan entre $2.202 a $4.442
- Las copitas menstruales, las cuales duran hasta 10 años con un correcto uso, cuestan desde $10.974.
- Las bombachas menstruales, son ecológicas y tienen una vida de 3 a 5 años, valen desde $21.000 en adelante. Cabe destacar, que se trata del precio online, ya que supermercados e hipermercados no tienen stock ni es un artículo prioritario para la venta.
La economista Lucía Espiñeira, parte de MenstruAcción en EcoFeminita, se refirió a las obras sociales y por qué no brindan descuentos en este tipo de artículos refiriendo que son de primera necesidad y los precios continúan en aumento: «Creo que tiene que ver con la falta de política pública y la regulación en cuanto a la menstruación y la menopausia está vinculado al tabú».
«Ese estigma que cubre a estos temas hicieron que no estuvieran incluidos en un montón de políticas como el PMO, plan médico obligatorio. En 2019 no estaban en Precios Cuidados. No había marcas de tampones, había una sola de toallitas y había 16 marcas de shampoo», evidenció Espiñeira en diálogo con este medio.
Existen tanto tipos de productos de higiene femenino como cuerpos menstruantes. Si no sos una persona menstruante, puede que no entiendas por qué existen distintas variedades para utilizar durante el período, más aún en un país donde existen personas que niegan la intervención de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas o desde las niñeces.
“Uso toallita porque es lo que más cómodo me resulta usar. La copita menstrual, que es lo más cómodo, limpio y barato, me trae alergia”, “Elijo usar tampón porque hay meses que sangro mucho y porque me parece más ‘higiénico’ que una toallita. Además, porque hace poco me puse el método anticonceptivo DIU, y la ginecóloga me recomendó por meses usarlo para luego pasarme a la copita”, “Con la copita podemos meternos al agua, vivir el calor cómodamente y solo debemos cambiarla como máximo cada 12 horas. A mí me cambió la vida”. Estos fueron testimonios de Lucía Viera, Camila Consolo y Victoria Varone, tres personas menstruantes que tienen sus preferencias para el uso.
Varone hizo hincapié en los cuidados específicos para poder utilizar la copita menstrual que es, actualmente, la más ecológica. Ya que el uso puede ser prolongado durante 10 años: “Antes de colocar la copita me higienizo bien las manos, puesto que al contacto directo podemos causar infecciones, entre otras cosas. Además, siempre debemos esterilizarlas antes y después de su uso”.
Pero ¿qué sucede si no tengo plata para comprarme un paquete de toallitas? ¿Si no tengo el acceso al agua potable para poder higienizarme al quitar o poner un tampón? ¿Si no tengo un jarro específico para esterilizar la copita? ¿Qué hago? La menstruación es un lujo.
La menstruación como problemática social en los barrios populares
La desigualdad en términos de accesos económicos a este tipo de situaciones en una realidad donde la inflación escala sin freno y el sesgo androcéntrico se deja entrever por la falta de políticas, se instala cada vez más ¿Qué pasa en los sectores más vulnerables?
En el último relevamiento del Observatorio Villero que hace La Garganta Poderosa, el cual fue creado para generar estadísticas de las problemáticas diarias en los barrios populares que no son analizadas de manera correcta en índices nacionales y provinciales, determinaron que 6 de cada 10 mujeres no pueden acceder a estos productos de gestión menstrual por el gasto que les genera.
“Nos dijeron que habían elegido no comprar los artículos menstruales porque entraban en competencia con comprar comida”, reveló Espiñeira. Por eso se generaron sus propios productos alternativos a lo que ofrece el mercado: “Diarios, trapos sucios usados, viejos, algodón, una tela que no está generada para eso puede generar infecciones graves y no es menor no poder elegirlo porque hay que comprar arroz. Esto puede afectar la salud”.
La médica ginecóloga Agustina Paula Starvaggi, MN 129878, explicó que los riesgos de tener que utilizar estas segundas vías “pueden llevarnos a infecciones y las infecciones pueden llevar a cuadros banales o más graves. Dolores abdominales, flujos, dolor en las relaciones sexuales y hasta infertilidad”.
“El uso de productos como papel de diario, trapos, muchas veces pueden provocar problemas en la vulva, por el contacto del papel de una textura que no es adecuada. Las toallitas tampoco son muy recomendables por mucho tiempo, pero es un escenario aún peor el tema de los papeles de diario o papel porque tiene textura más dura”.
Una de las cosas que hizo hincapié Stravaggi es que todo el kit debe ser promovido con un descuento por las obras sociales, pero que se trata de empresas que cuidan sus intereses y no hay una obligación porque “existe una falta de perspectiva de género”, mismo motivo por el cual el Estado no acciona ante las personas que quedan fuera del acceso médico con obra social o prepaga.
Los aumentos también llegan a las pastillas anticonceptivas
En la misma línea de los cuidados, salud y protección para personas con posibilidad de gestar y mantener relaciones sexuales, existen las pastillas anticonceptivas, las cuales aumentaron ferozmente los precios en los últimos meses. Actualmente las pastillas más económicas cuestan $4.274,53 y las más costosas se ubican en los $29.000. Todo depende de lo recomendado por el médico o médica ginecóloga porque hay de diferentes comprimidos y algunos con y sin estrógenos.
Algunas obras sociales sí ofrecen descuentos para este tipo de productos, desde el 40% hasta el 100%. Sin embargo, otras de ellas deciden no hacerlo o solo ofrecen determinadas marcas en particular. Cabe destacar, que las pastillas no solo son recetadas como un método anticonceptivo sino que son para regular el período y poder menstruar menos días, como también como fármaco contra el dolor menstrual.
Esto se da en el mismo escenario en el que el actual gobierno de Javier Milei decidió que el Ministerio de la Mujer deje de existir, ya que era una de sus primeras medidas apenas asumió. Fue absorbido por Capital Humano y actualmente es una secretaría, por lo que muy probablemente ni los precios bajen ni se instalen nuevas políticas.




