La crítica por los incendios en La Patagonia, el odio destilado en redes sociales por el mandatario y la respuesta con altura de Lali.

Desde su asunción, el presidente Javier Milei ha decidido alimentar una contienda furibunda contra aquellos artistas argentinos que no acompañan las medidas de su gobierno o que se atreven a plantear alguna mínima disidencia sobre la coyuntura o el rumbo del país. En algún momento, quienes sufrieron el señalamiento del primer mandatario fueron Lali, Divididos, Dillom o La Renga; ahora se escribe un nuevo capítulo que incluye a los cantantes María Becerra y Milo J.

Por un lado, el rapero oriundo de Morón estrenaría su álbum 166 (Deluxe) con una pre-escucha programada el miércoles a las 19.30 en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA), pero unas horas antes tuvo que anunciar a través de un vivo de Instagram que el evento había sido suspendido por las autoridades responsables; de esta manera, Milo J se convirtió en el primer músico censurado oficialmente por el gobierno mileísta. Por otra parte, este jueves María Becerra fue blanco directo de los tuits presidenciales por haber mencionado la grave situación que vive hoy la Patagonia debido a los incendios forestales y por haber señalado el vacío estatal en el marco de la Fiesta Nacional de la Confluencia celebrada en la provincia de Neuquén.

«Sabemos que la Patagonia está sufriendo muchísimo en estos momentos, sabemos que hay estado de emergencia y no hay que quedarnos de brazos cruzados, porque no se ayuda solo con las palabras; hay que hacer, hay que compartir, hay que visibilizar la situación», lanzó la cantante quilmeña desde el escenario. «Si el Estado no está dando la ayuda necesaria, la damos nosotros. Demostremos que Argentina es un pueblo solidario, que somos fuertes», exhortó.

Esa intervención fue suficiente para que Milei, con usual tono rabioso, publicara desde su cuenta de X: «Parece que María BCRA no se enteró del despliegue enorme que se está haciendo desde el gobierno nacional en la lucha contra el fuego. Debe ser como Ladri Depósito que habla según quien le llena el bolsillo. Estaría bueno que si hablan, por lo menos lo hagan con fundamento. CIAO!». No sólo se trata de una sobrerreacción en relación a los dichos de la artista sino que, una vez más, incurre en el argumento ad hominem (tantas veces mentado por él en paneles televisivos): califica de modo despectivo a sus adversarios para cerrar el debate y da por terminado el asunto sin poner ideas sólidas sobre la mesa.

Las 37 mil hectáreas de bosque ya consumidas, los centenares de casas destruidas y la gran cantidad de familias evacuadas tienen una explicación. Por un lado, desde el inicio del mandato hubo una ola de despidos de brigadistas y trabajadores de Parques Nacionales; un pequeño sector tiene trabajo garantizado hasta abril pero hoy más que nunca se necesita personal para controlar una situación acuciante. Por otro, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego fue desguazado y a lo largo de la actual gestión se ejecutó poco más del 20% del presupuesto pautado para 2024 según el último informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). Además, el SFMF quedó bajo la órbita del Ministerio de Seguridad liderado por Patricia Bullrich. Sin embargo, en lugar de debatir estas cuestiones o aportar datos certeros, el Presidente optó por redactar ese párrafo contra María Becerra desde la comodidad de su teclado.

Quien salió a apoyar con firmeza a Becerra fue Lali Espósito, otra víctima de los ataques presidenciales. Consultada por el tuit de Milei –en el que también se la mencionaba a ella como «Ladri Depósito»–, la referente del pop dijo: «Yo la banco a muerte, una laburante, una número uno. Récord de gente que la va a ver. Capa total, laburadora, es una genia». Además, definió como «un delirio» las descalificaciones del Presidente y contó: «Hoy hablé con ella por su cumple y es una campeona. Cuando te pasa algo así, te limitas a estar tranquilo y a entender por qué el otro necesita decir esa barbaridad de vos cuando no es cierta. Pero bueno, allá el que lo piensa, él o sus seguidores, quienes tengan esa mirada de los artistas».

«Somos personas, primero, seres humanos de a pie, ciudadanos –subrayó–. Tenía tanto para decir, señor presidente, están pasando tantas cosas que es rarísimo que tenga ganas de mencionarme a mí, que soy una cantante. Pero bueno, él tendrá sus motivos para hacerlo, los cuales no me interesan. Yo sé quién soy, no me gusta estar en boca de un primer mandatario de esa manera, con falacias y cosas que son feas y violentas. Es una época en la que se va contra eso: contra algunos discursos de odio, contra formas de mierda de dirigirse al otro. No es mi forma. Cuando tenga o quiera dar una opinión de algo, siempre será con la mejor», concluyó.

El caso de Milo J es aún más grave porque supone un acto oficial deliberado contra la presentación de un artista en un espacio que depende del Estado nacional. Sobre este episodio, el rapero informó desde sus redes: «Gente: les quiero informar que lo que hoy iba a ser la pre-escucha del Deluxe acá en la ex ESMA, en Buenos Aires, no se va a poder dar. El gobierno nacional mostró papeles, datos de salud y planes de evacuación que eran falsos, salidas de emergencia que sí están y dijeron que no. Llevaron un montón de cosas a una jueza y nos suspendieron el evento. Ya sabemos cómo funciona todo esto, pero les quería informar que no voy a poder darles el show que les iba a dar hoy».

En el plano podía verse el escenario montado detrás del artista. «Estoy muy triste por esto», expresó Camilo Joaquín Villarruel, y explicó que afuera había efectivos policiales dispuestos a reprimir al público que en ese momento estaba haciendo fila en las inmediaciones del predio ubicado en Av. del Libertador. «Si están afuera y ven esto, por favor váyanse a sus casas, tranquilos y en orden. No quiero que hagan quilombo. No quiero que a ningún fan le pase nada y hablo en serio. Pórtense bien. Teníamos todo el escenario preparado para ustedes pero nos volaron a la mierda. Supongo que juntar 20 mil personas en un espacio de memoria al gobierno de ahora no le gusta y nos suspenden el evento. No cobré entrada, lo quise hacer gratis para no recibir ningún pago por esto. Yo no sé qué otra excusa tiene el Presidente para cortarnos estas cuestiones. Supongo que no le gusta la música de ahora. Esto no es político, es una hijaderemilputez. Tengo ganas de llorar pero no voy a llorar, voy a gastar mis lágrimas en otra cosa. Se me cuidan. Los amo mucho y les pido perdón».

Por supuesto, la censura no es azarosa. Milo J es un artista que a lo largo de su carrera ha demostrado un gran compromiso con los organismos de derechos humanos en su búsqueda por más memoria, verdad y justicia. Hace poco brindó una notable versión de «Los dinosaurios», de Charly García, en un escenario masivo como el del festival Primavera Sound 2023, y en marzo de 2024 dedicó un homenaje a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en los dos Movistar Arena que hizo, un modo de acompañar las conmemoraciones durante el Mes de la Memoria.

Milo J, María Becerra, Lali Espósito y Dillom son algunos referentes de lo que hoy se escucha: trap, pop, los sonidos de las nuevas generaciones. Con cada intervención sus voces se amplifican porque tienen muchísimos fans, pero también se activa instantáneamente un hateo furioso en redes sociales por parte de los trolls mileístas, siempre dispuestos al ataque personal y afectos a chistes de dudosa efectividad. Lo más llamativo es que el mismísimo presidente de la Nación participe de ese apedreo virtual. «¿Te das cuenta? Volvimos a vivir en los noventa», dice un verso de «Parque acuático» (El Kuelgue). Lamentablemente, algunas maniobras como el ensañamiento personalizado, las «listas negras» o la censura de artistas hacen pensar en décadas aún más oscuras.

Fuente: Pagina12

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